viernes, 24 de marzo de 2023

Ni olvido ni perdón

 47 años del golpe: no pudieron, seguimos de pie

"Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y finalmente mataremos a los tímidos. "
Estas palabras fueron pronunciadas en mayo de 1977 por Ibérico Saint-Jean gobernador(sic) militar de la provincia de Buenos Aires de la dictadura cívico militar comenzada el 24 de Marzo de 1976.
"El Comando de la Zona I informa a la población que el 2 de noviembre, en horas de la noche, en las proximidades de Plaza Constitución, una patrulla de las fuerzas leales sorprendió a un activista que incitaba al cese de actividades y trataba de impedir la concurrencia al trabajo de algunos operarios, siendo abatido por el fuego. Se procura su identificación.
Las fuerzas legales cumplieron con su misión impuesta tendiente a asegurar la libertad de trabajo".
Este tipo amenazas públicas a la mayoría de la población reforzaron los mecanismos del terrorismo de estado, la represión, la muerte, las desapariciones, la tortura, los fusilaminetos, la apropiación de niños como botines de guerra.

Pero no pudieron.
A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos…¡NO NOS HAN VENCIDO!

La resistencia no fue fácil, costó mucho, hubo que esconderse, callarse, refugiarse en los libros y en la familia, en las charlas silenciosas entre compañeros, manteniendo las convicciones y las ideas y enseñarlas a nuestros hijos.

Hoy no puedo dejar de mencionar a Nestor Kirchner, que desde que llegó a la casa rosada nos devolvió a muchos la esperanza de un futuro distinto, posible de ser construido desde las convicciones. Alguno de los visitantes recordamos claramente el 24 de Marzo de 2004 cuando Néstor Kirchner expresó: “como Presidente de la Nación Argentina vengo a pedir perdón de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia por tantas atrocidades” ante una multitud que minutos después ingresó por primera vez al centro clandestino y a su patio de armas cantando la marcha partidaria y el himno nacional en un marco de emoción, alegría, tristeza, asombro y miedo. A partir de ese día dejó de ser la ESMA, comenzó a ser el espacio de la memoria de los detenidos desaparecidos, de los muertos, de los sobrevivientes.

Y los asesinos empezaron a ser juzgados, y los cuadros de esos asesinos fueron sacados, y el mayor centro clandestino de detención fue recuperado para la memoria la verdad y la justica.

Son símbolos, que se anudan con lo que venimos pensando desde jóvenes, y que se articulan históricamente con aquel “se van, se van, y nunca volverán” cantado en la plaza de mayo en 1973. 
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