frente a la inmensidad de los numerosos picos nevados en el altiplano,nos quedamos sin palabras, y en vez de decir hermoso decimos el vocablo indígena:achachila,abuelo, tiramos una tajada de nosotros mismos sobre la montaña y la convertimos en el abuelo de la especie. Aquí no podemos dividir las cosas en hermosas y feas, sino que se establece la antigua division entre lo sagrado y lo profano. Rodolfo Kusch
sábado, 11 de mayo de 2013
Mugica
El 11 de mayo, sábado, de 1974, a las 8 y cuarto de la noche cuando Mugica se disponía a subirse a su Renault 4‑L en la calle Zelada 4771 de Mataderos, donde había celebrado misa, fue tiroteado por un individuo con bigotes achinados, que sebajó de un coche estacionado muy cerca. Este personaje sería Rodolfo Eduardo Almirón, jefe de la Triple A, luego jefe de custodia de Manuel Fraga Iribarne, en España. Cinco disparos, de ametralladora «Ingram M-10», le afectaron el abdomen y el pulmón. El tiro de gracia lo recibió en la espalda. El padre Vernazza, que salió de la iglesia al oír los disparos, corrió a darle la unción, y lo llevaron en un viejo Citroën; Mugica alcanzó a sonreírle y guiñarle el ojo a Vernazza. El cura villero como lo llamaban los medios, se hace conocido por su trabajo en la villa 31 y sus citas permanentes a Jesús, Perón, Evita, Mao y el Che. Su pertenencia al MSTM Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo y al movimiento Peronista lo enfrenta con la jerarquia y orden social dominante.
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