jueves, 26 de mayo de 2011

Se van, se van, y nunca volverán

El 25 de mayo de 1973 una parte importante del pueblo concentrado en la plaza de mayo, crispado y prepotente (con palabras del hoy periodismo independiente) coreaba a viva voz esa consigna, destinada a los militares de la dictadura de revolución argentina .sic. En esos años miles o millones de jóvenes salieron a las calles a festejar el triunfo popular y participaron de las multitudinarias movilizaciones, del 17 de noviembre de 1972, ese 25 de Mayo, y muchas otras, como la que se concentró alrededor de la embajada de Chile en repudió al golpe del 11 de septiembre en el país hermano, convocada por la juventudes políticas de la época, conducidas por la JP Regionales debido a su cantidad de militantes y su trabajo territorial en la mayoría de los barrios de nuestra patria. 18 años de proscripción del peronismo y de su líder, el general Juan Perón, no pudieron borrar de la política argentina las realizaciones y la toma de conciencia y de lucha del conjunto del pueblo. De nada sirvieron las clases de historia y educación democrática impartidas en las escuelas y en los ámbitos educativos, la juventud eligió mayoritariamente militar activamente en el peronismo. Nos sentíamos protagonistas de la historia, todos juntos, construyendo colectivamente una argentina para todos, especialmente para los de abajo, los escondidos, los humillados, los vilipendiados.

30 años después un flaco desgarbado, casado con la más linda de la clase, que había estado el 25 de mayo del 73 en esa plaza, llegó a la presidencia del país y allí en el congreso nos dijo a todos que no dejaría sus convicciones en la puerta de la casa de gobierno. Y ese día comenzó a hacer realidad esa consigna de se van, se van y nunca volverán; que se iría materializando en los juicios a los genocidas, en la recuperación de la ex_esma, en sacar los cuadros del colegio militar, en la cárcel común para los torturadores y en la subordinación de los militares al poder civil que emana del pueblo.

Hoy nuevamente el pueblo está contento y salió a las calles a festejar el día de la patria. Tal vez, solo tal vez se cumpla otra de las consignas coreadas en los setenta que decía “que lindo, que lindo, que lindo que va a ser, el hospital de niños en el sheraton hotel.