frente a la inmensidad de los numerosos picos nevados en el altiplano,nos quedamos sin palabras, y en vez de decir hermoso decimos el vocablo indígena:achachila,abuelo, tiramos una tajada de nosotros mismos sobre la montaña y la convertimos en el abuelo de la especie. Aquí no podemos dividir las cosas en hermosas y feas, sino que se establece la antigua division entre lo sagrado y lo profano. Rodolfo Kusch
lunes, 14 de mayo de 2012
La deuda ajena
En el día de hoy de 1948, nació el estado de Israel. Pocos meses después, ya había más de ochocientos mil palestinos expulsados, y más de quinientas aldeas demolidas.
Esas aldeas, donde crecían los olivos, las higueras, los almendros y los árboles frutales, yacen sepultadas bajo las autopistas, los centros comerciales y los parques de diversiones. Son muertas sin nombre. El Comité de Nombres de las nuevas autoridades ha rebautizado el mapa.
Ya poca Palestina queda. La implacable devoración del mapa invoca títulos de propiedad, generosamente otorgados por la Biblia, y se justifica por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió.
La cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos pagan esa deuda ajena.
Eduardo Galeano en LOS HIJOS DE LOS DIAS
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