Alpargatas y libros? La gratuidad
La mayoría de los que pasamos por la escuela secundaria, más aún los que pasaron por alguna universidad, pueden recordar haber estudiado o participado de un acto en relación a la reforma universitaria de 1918. Inclusive podemos recordar algunas de las reivindicaciones sostenidas por los reformistas del 18: la autonomía, la gratuidad, la participación en el gobierno de los claustros, la libertad de cátedra y otros postulados.
Numerosos dirigentes estudiantiles, dirigentes políticos, estudiosos y catedráticos de variadas posiciones ideológicas nos han hablado y enseñado sobre la reforma universitaria iniciada en Córdoba. Y eso esta bien. Sabemos, conocemos.
Sin embargo no sabemos y tampoco lo hemos estudiado nunca en las escuelas, en los institutos, en las universidades, cuando se estableció la gratuidad de la enseñanza universitaria en nuestra Argentina. Es un tema del que no se habla, no se toca, no se enseña, como tantos otros de nuestra historia. Como sucede con algunos pensadores,”los malditos” como los llama Galasso.
La Reforma de la Constitución de 1949 impulsada por el peronismo estableció que el estado debía garantizar la enseñanza universitaria de forma gratuita “a fin de que los jóvenes capaces y meritorios encausaran sus actividades siguiendo los impulsos de sus naturales aptitudes en su propio beneficio y en el de la Nación misma”.
El 22 de Noviembre de 1949 mediante el decreto 29.337 el presidente Juan D. Perón establece la suspensión del cobro de aranceles universitarios que hasta ese entonces estaba vigente.
La sanción de la norma dio fuerza de ley a una de las características distintivas de la universidad argentina, que permite y que promueve la posibilidad del acceso de los sectores populares a los estudios superiores, acceso que todavía hoy es difícil.
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